domingo, 13 de agosto de 2017

SÍSTOLE Y DIÁSTOLE
 
  
Se movió entre las sabanas

como el tabaco entre el papel fino

como el verso en el folio en blanco.

Se encendía sin llegar nunca a ser ceniza

nunca se consumía siendo un incendio.
 
  
Sería un suicidio trapecista

intentar hacer equilibrio en sus costillas.

Sería un aterrizaje forzoso

intentar sobrevolar sus labios

sabiendo las ganas que tengo de aterrizar.




 



Tiene estrellas fugaces en las pupilas

cada vez que le cantas cinco versos.

Su cara de niño pequeño es

es simplemente adorable.




Cómo una simple persona puede traerte de cabeza

y desmoronarte todas y cada una de las ideas

y volver a colocarlas con cinco simples pestañeos

con una simple subida y bajada de telón.


Cómo llegas a la conclusión

de que una sola persona puede hacerte perder la cordura con tan solo un roce

con un vendaval de recuerdos que se juntan y forman dos huracanes

y lo recuerdo todo

cada detalle

cada momento

cada despedida que parecía un sueño

mas bien una pesadilla.




A punto de caer al abismo que supone quererte

me quedo expectante de aquel chico de ojos azules

y una sonrisa capaz de devorar corazones

de hacer de un edificio un escombro

de hacer de mi una chica en ruinas.




Solo han pasado cinco meses y parece que fue ayer cuando,

cuando conocí a mi alma gemela:

cuando te conocí a ti,

incapaz

(o eso decías tu)

de entrar en mi caja torácica

y obtener cada uno del ritmo de mis latidos

sístole y diástole seguirán su ritmo

cuando estés conmigo.

Pero si te vas,
 
si te vas notaré eso que late
 
completamente partido.

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